lunes, 29 de julio de 2013

Cuando pongo corazón...

Cuando pongo corazón el guiso sabe mejor porque espolvoreo el alma a cucharadas.



Cuando pongo corazón me arriesgo a caer en la nada y que el dolor abrace esta espalda desnutrida de caricias y abrazos.
Cuando pongo corazón el fuego no abrasa el tacto que me permite andar en la cuerda de este hilo con espinas. Sorteo con ganas el nudo, desato la fantasía.
Cuando pongo corazón la casa se llena de júbilo y risas, anécdotas e historias, amaso un ‘hoy’ de más de 24 horas. Me arriesgo a acostumbrarme al momento.
Cuando pongo corazón mi gata entona su canción más linda plagada de ronroneos felinos. Me mira a los ojos y lee la poesía de mis pensamientos enclaustrados. Sólo ella puede hacerlo.
Cuando pongo corazón la página se llena de letras con sentido, los dedos teclean mi subconsciente y narran historias que nunca viví.

Cuando pongo corazón… por dentro… sólo me late el vacío.
Entonces recojo, coloco, lo guardo sólo para mí. No hay escaparate blindado para él.

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