martes, 28 de enero de 2014

Una vez leí…

Hoy, al despertar, me di cuenta de que la mesa sudaba tinta. La pluma estaba desmayada sobre el tablero y había sobrepasado los límites del papel. Sin duda fue una fiesta para la gata. Sus huellas adornaban mi edredón. Sonreí por dentro pero presentía que no podría hacer frente al temporal. Dicen que lo más paradójico es que la tristeza te inspire para escribir y que la felicidad te deje sin palabras. O eso leí una vez en Twitter.

jueves, 23 de enero de 2014

He matado al tiempo!

Lo siento, no pregunté. Simplemente me cansé de esperar mientras el silencio inundaba mi cabeza. Veía las agujas del reloj moverse, ya ni podía escuchar. Me habían roto el tímpano, habían arrastrado y girado una y otra vez todos mis pensamientos con sus manos delgadas y frías. Mis ideas andaban mareadas y me quedé ciega de tanto mirar. Me bloqueé. Me llamaron asesina y cobarde. Mi abogada alegó ‘locura transitoria’ pero lo hice con la intención de matarlo. Lo maté. Acabé con él y con su ansioso ritmo. No me arrepiento. Confieso que disfruté. Lo volvería a hacer.

domingo, 19 de enero de 2014

El cadáver de una idea

Cuántos dudas puede albergar el ser humano? Todos nos hemos perdido en alguna ocasión pero puede que sólo sea una forma más de encontrarnos. Porque nada es para siempre al igual que nada es para nunca. Ahoguemos el miedo, seamos valientes! La ola que viene lo borrará todo…

miércoles, 8 de enero de 2014

La escarcha de la vida

Foto: Ana Athanassopoulos
A veces, el frío se calienta en nuestros huesos y cristaliza las sonrisas, invierte el termómetro. Congela las palabras de una conversación y cada argumento se convierte en un copo de nieve que gotea dentro del cuerpo. Cala, enfría. Hay veces… en las que duermo en el iglú de tus pensamientos y como guía, el témpano