Llevo meses enfrentándome al folio en blanco, desafiando la
sequía de la tinta con la que se vengó de mí la pluma que me regalaron al
nacer. Algún tiempo hace ya que lucho contra la figura pixelada que enturbia el
cristal del espejo cuando me da por mirar… Pero ganaré la batalla. Ambas lo
sabemos. Terminaré pegando los trozos de mi mundo que se separaron tras el
terremoto que sacudió todo.