martes, 28 de mayo de 2013

Pasos nuevos


Ahora que ya no me hundo en las arenas movedizas que me rodean sino que tengo la capacidad de moverme sobre este suelo de playa manteniendo el equilibrio; ahora que me siento pequeña sólo ante la inmensidad del mar; ahora que descubro que soy para ti sólo pasado… ahora me quito el luto que me dejaron tus abrazos y me desprendo de la viudedad de tus besos.

Ahora que descubro nuevos rincones donde huir de tus recuerdos y refugiarme del anhelo de un futuro que nunca existió; ahora que tu mirada de hielo se evaporó en mi retina descongelando mi sentir; ahora que el soniquete de tu voz no retumba en mi oído con la crueldad de antaño; ahora que tu boca no me deja herida… ahora me vuelvo a levantar y puedo mirar a mi alrededor.
Ahora que las agujas de tus dedos ya no marcan los surcos de mi espalda; ahora que tu pecho no me devuelve un latido; ahora que tus pies han dejado de ronronear por este camino; ahora que nos separan kilómetros de desgana; ahora es cuando sé que los imposibles no existen y que sólo son el resultado del no querer.
Ahora que estoy aún más lejos incluso de mí; ahora que la vida me vuelve a enseñar el revés en el espejo; ahora que ya no soy lo que tú imaginaste, ni celda ni cárcel; ahora que he de descubrirme de nuevo… ahora es cuando grito en silencio.
Ahora que el teclado del teléfono no recibe más presión; ahora que no hay mensajes en el buzón y está arrinconado, mudo, huérfano; ahora que no hay un hueco para la esperanza porque arañó cuanto pudo esta sinrazón; ahora que la llama se rebela contra la cera y la luz no llega donde la sombra estableció su campamento… ahora sólo queda mirar hacia delante.
Ahora que queda la subida más encrespada de la montaña; ahora que en la bandera sólo reza ‘olvido’; ahora que perdí kilos en el corazón; ahora que debo decirte ‘adiós’; ahora que la tierra está tranquila y no hay señales de prohibición… ahora arrojo cada letra de tu nombre al vacio y las voy perdiendo de vista.
Ahora le doy cuerda al reloj y el tiempo deja de ser relativo. El tintineo de sus manecillas recita un réquiem por lo que fue y vuelve a retumbar en las paredes. La vida sigue. Hay trenes que pasan y no se quieren coger. Hay gente que espera en el andén. Hay otros que se sientan y sólo observan. Hay quien descarrila. Hay quien se refugia en las líneas de un libro. Hay quien aprende del error. Hay quien se marchita. Hay quien suma el pasado y olvida echando de menos. Hay quien borra los senderos. Los hay que… se calzan de nuevo y empiezan a caminar. 

4 comentarios:

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