lunes, 24 de junio de 2013

La diferencia es un pañuelo

"Perdido, como el ojo del maniquí", Sabina
Últimamente he leído que todo depende de la química. El cerebro nos juega malas pasadas. Una ruptura sentimental duele igual que una patada por culpa de nuestra cabecita, el amor es cuestión de oxitocina, si te relajas es porque segregas endorfinas, la euforia es adrenalina pura y la tendencia a la depresión es por culpa de la serotonina. Viendo que nuestro ‘yo’ consciente tiene poco que decir… lo mejor es ponerse un pañuelo sobre el pelo y esperar a todo vaya bien por ahí dentro.

domingo, 16 de junio de 2013

Y quién vigila al vigilante?

El País, 16 de junio 2013
Todos somos concursantes involuntarios de un Gran Hermano internacional. Es la literatura aplicada a la realidad de la obra 1984 de Georges Orwell. Hay cámaras de vigilancia en las calles, en los centros comerciales, en los bancos, en los super… Un agobio si lo piensas. Vamos perdiendo intimidad y vamos ganando identidad para aquellos que están detrás del objetivo. En pro de qué? Llevo dándole vueltas a este tema desde que hoy fui a comprar el periódico y me di de bruces con la portada de El País.

viernes, 7 de junio de 2013

El último vagón de tren

Ella decidió que era el momento de viajar. En su equipaje de mano sólo llevaba lo imprescindible. Un par de fotos de familia, una libreta en blanco, una pluma, algunos libros, una rebeca y un pañuelo para el cuello por si el frío decidía hacer acto de presencia. Cerró la puerta tras de sí y se dirigió a la estación. Siempre le habían gustado los trenes y las historias que empiezan o acaban en la orilla de las vías.

domingo, 2 de junio de 2013

Con respeto por tu miedo, te regalo mis ojos para que veas que una nueva vida es posible

En un tema tan complejo hay que andarse con pies de plomo, que no con manos de hierro. No soy de dar consejos, ni de decir que la situación puede cambiar fácilmente. Pero sí de insistir en que hay que hacerlo y mucha gente te tenderá la mano. Soy de empatizar contigo, de sentir tu dolor, tu miedo. Pero hay que cambiar…